En los últimos cuatro meses tuve la oportunidad de vivir en la ciudad de Washington, en los Estados Unidos. Fue una experiencia inolvidable para mi crecimiento personal y profesional. Quedé sorprendida del protagonismo que tienen las mujeres en la sociedad estadounidense y cómo han contribuido al desarrollo de la misma. Observé una mujer segura de sí misma, madura, proactiva y emprendedora. Observé una sociedad desarrollada, y no solo por sus recursos, sino por ser una menos sesgada, prejuiciada y machista; con muchas oportunidades de hacer realidad los sueños de las personas.
Cualquier individuo, en especial la mujer, es capaz de llevar a cabo un gran negocio o ser dueña de su propia empresa. El propio sistema de Estados Unidos es el que ha contribuido a que se disminuyan los tabúes sociales. Es un sistema que busca calidad y desarrollo social, sin importar sexo, raza, religión u origen. Esta forma de pensamiento es lo que ha permitido que la mujer haya alcanzado grandes niveles de independencia.
Lamentablemente, este no es el caso de Cuba. A pesar de que se han logrado grandes avances con respecto a la mujer, estos continúan siendo escasos. Las más favorecidas son aquellas que forman parte del agrado del Gobierno cubano o que son familias de sus principales funcionarios. Como realizar un proyecto conlleva al desarrollo y esto, a su vez, a un cambio de mentalidad, se dan grandes limitantes por parte del Gobierno para hacerlo viable. El Gobierno cubano no quiere que las personas comencemos a ver la realidad del mundo. Las mujeres podrán tener oportunidades de estudio y de un título, pero esto no tiene ninguna utilidad si no se les garantiza un puesto de trabajo o si los salarios son muy bajos. El cuentapropismo es la principal vía de sobrevivencia que tienen las mujeres, y en general, es la principal entrada económica de las familias cubanas.
La implementación del sistema socialista ha deteriorado la sociedad cubana. Ha traído consigo una pérdida de valores humanos y el incremento de la violencia doméstica, de la desesperación social, entre otros. Sin embargo, a mi parecer, el fin de ese sistema está cada vez más cercano, puesto que hasta el momento solo ha contribuido al aislamiento de las familias y al deterioro de la raza humana.
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