Los días 11 y 12 de abril, el Centro Empresarial Real 2 de San Isidro acogió las sesiones del Fórum de Jóvenes de la Cumbre de las Américas, en Lima, Perú. El evento debió constituir un espacio propicio para el diálogo en torno a problemas cardinales de los jóvenes del continente. Sin embargo, la turba oficialista aterrizó desde La Habana, con su retórica de siempre y su incapacidad para dialogar y permitir el disenso de manera civilizada.
A la cita debían haber acudido los jóvenes de la sociedad civil independiente de Cuba, Kirenia Flores García, Julio César Fariñas Pérez y Rafael Gordo Nuñez. Ella, psicóloga de profesión e integrante de la plataforma social Juventud Activa Cuba Unida (JACU). Ellos, economista el primero y periodista el segundo.
Durante los últimos seis meses los tres estuvieron participando en actividades previas al Foro de Lima, en colaboración con el Young Americas Business Trust (YABT), una organización vinculada a la Organización de Estados Americanos, que tiene a su cargo la creación de un espacio de diálogo donde los jóvenes de la sociedad civil puedan discutir problemas concretos de sus comunidades.
El día 10 de abril, durante la noche, el sitio Cubadebate difundió un video mediante el cual Ronald Hidalgo Rivera, segundo secretario de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), confirmó la acreditación de 10 militantes de esa organización política para participar en el V Foro, y expuso la intención de la UJC de no permitir la entrada al recinto de “tres elementos de la contrarrevolución cubana”, financiados – según él- por “organizaciones contrarrevolucionarias y terroristas”.
Cerca de las cinco de la tarde del mismo día, Fariñas y Gordo no pudieron acceder a la sala de acreditaciones del YABT, debido a que dos integrantes de la delegación oficialista los persiguieron durante varias cuadras, minutos después de que alguien gritara “son ellos”. En ese momento se encontraban en el salón -recibiendo sus acreditaciones- un grupo de aproximadamente 30 miembros de la delegación traída hasta Lima por el Gobierno cubano.
Poco tiempo después, varios medios digitales del Gobierno, las cadenas de radio y televisión estatales, y las redes sociales comenzaron una campaña de desacreditación contra “tres personajillos –dijeron- que no representan a nadie”.
El día 11 durante la sesión matutina, Ronaldo Hidalgo y otros voceros de La Habana interrumpieron la apertura oficial del Foro, para remarcar que: “los tres jóvenes fueron incluidos sin contar con nosotros”.
Segundos después, Cubadebate , publicó un Tweet de Yisel Rodríguez Milán, también colaboradora de OnCuba , donde alega: “La @YABTs acaba de confirmarnos que las 3 personas ilegítimamente acreditadas en nombre de #Cuba para el V Foro de Jóvenes de las Américas no fueron autorizados por ellos. Huele a la mano de la @OEA_oficial”.
Y acto seguido el sitio web del Partido Comunista alega: “el Presidente del Young Americas Business Trust (YABT), organizador del evento, acaba de confirmar que su organización no acreditó a los tres contrarrevolucionarios incluidos y denunciado ayer por la juventud de la Isla presente en Lima (…) Dicen que no los acreditaron para el Foro de Jóvenes y que tampoco los van a aceptar en el diálogo entre los actores sociales y los representantes de alto nivel de los Gobiernos”.
Ante esta situación, es permisible cuestionar ¿cómo lograron acreditarse los militantes de la UJC, una organización de carácter político, que no cumplió con la metodología establecida por el YABT para el evento?; ¿cuál es la posición de la organización frente a las explicaciones ofrecidas por la UJC en Cubadebate?
Quienes hoy gritaron como perros, son a su vez víctimas y culpables. Víctimas del mismo sistema que les adoctrina desde que están en la cuna. Culpables por no reconocer su barbarie.
En un país donde la educación, las instituciones religiosas y los medios de comunicación están regulados por una única élite dominante –no ya dirigente-, los conceptos de nación, patria, derechos sociales, elecciones se han naturalizado mediante un proceso de satanización de lo foráneo, como estrategia maquiavélica para generar unidad interna y configurar un enemigo externo que justifique un discurso bélico y no un adversario político.
Los voceros de La Habana, quienes sabotearon el Foro de Jóvenes, muy acostumbrados a organizarse de esta manera dentro de la Isla -ante la falta de argumentos para dialogar-, olvidan que en el mundo exterior existe Democracia.
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