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La violencia en los carnavales aterra a los cubanos

Los carnavales tienen su origen en las antiguas civilizaciones. Antes, eran solo fiestas que se efectuaban antes de la cuaresma, pero actualmente son festividades que, aunque no se celebran solamente en estas fechas, comparten los tradicionales desfiles de comparsas, disfraces y bailes en las calles.

En Cuba, los carnavales son también parte de la cultura, pero las experiencias que se viven en estas fiestas desde hace unos cuantos años no son para nada agradables, sino que resultan bien amargas para muchos. Lo que debiera ser la más grande celebración del año se ha convertido en la mayor decepción de todas, y esta realidad se replica en cada una de las provincias.

Un escrito publicado en una edición digital del periódico Granma referente a los carnavales santiagueros afirma que:

Los carnavales de Santiago de Cuba revelan la importancia que tienen las fiestas para la expansión, revelación y cohesión social masiva a la hora de preservar su dignidad y afirmar la identidad (…)

Sí, es cierto, precisamente la cohesión social, que dicho de otra manera es la unión e interacción de las personas, que en estas fiestas vale destacar, son cientos de miles, ha causado por varios motivos que los actos violentos que no son para nada dignos también distingan los carnavales santiagueros.

La criminalidad ya está establecida en la vida diaria de los ciudadanos. Los asaltos, golpizas y asesinatos atormentan a las personas en cualquier escenario, pero en carnaval esta situación se agudiza de tal manera que muchos expresan su miedo de salir a la calle, incluso de día.

Por su parte las autoridades se limitan solo a esperar que ocurran los sucesos para actuar en consecuencia.

Manuel Sánchez, vecino de la urbe santiaguera manifestó su indignación en cuanto a la pésima labor de la policía, Manuel tiene un hijo adolescente y señala “No sé de qué forma lo voy a retener, pero él no saldrá de la casa en el carnaval, si le pasa algo quien me responde, yo he visto que matan los muchachos delante de los guardias y ellos esperan a que se acabe el problema para recoger los muertos”.

Tristemente así sucede, la policía llama al orden, prohíbe la tenencia de armas, pero no garantiza, como es su deber, la seguridad de los ciudadanos.

El alcohol y la marihuana tienen a los muchachos vueltos locos, hacen las cosas sin pensar y no miden las consecuencias. Afirmó Martha, ama de casa.

Este es una de las causas que desencadena el caos. El consumo de bebidas alcohólicas y de otras sustancias nocivas, como la marihuana que, aunque no es legal, es de uso común principalmente para los jóvenes, ha hecho que muchos hayan perdido la cabeza.

No fue en carnaval, pero era la fiesta de San José que casi es lo mismo, porque dieron 4 días de fiesta igual que en los carnavales. Un muchacho mató a un motorista por gusto, dicen los que estaban allí, que el que mató pidió al motorista que lo llevara a su casa, y como estaba lloviendo este se negó, el otro insistió, y se fueron de palabras, la cosa es que el asesino le metió un punzonazo y lo mató instantáneo. Siempre hay versiones distintas, pero comentan que estaba “fumao”.  Comentó Antonio López, vecino del municipio Songo la Maya en Santiago de Cuba.

Las fiestas públicas amplifican la violencia, pero ésta es normalmente insostenible. Aunque el Estado cubano no revele las cifras de los homicidios y asesinatos que se cometen a lo largo y ancho de la isla, las personas son testigos fieles de lo que ocurre y están aterradas

Los medios de comunicación oficialistas brindan a diario pormenores de lo que acontece en el exterior y obvian lo interno, que es tan o más grave. ¡Que si la masacre del pasado día de San Valentín en EE. UU.!  ¡Que si las protestas de los jóvenes en contra de la venta de armas sin regulaciones! Sí, esto es muy serio, pero también lo es, el hecho de que en Cuba se maten personas a puñaladas, o que existan tantas otras mutiladas por machetazos, esto sin dejar de mencionar el amplio número de víctimas por armas de fuego (aunque la obtención de dichas armas no es legal, ya cualquiera que desee las consigue) Pero, lo más alarmante es que el gobierno conoce la gravedad de la situación, pero prefiere hacer de la “vista gorda”, antes de aceptar los hechos que seguramente colocan a la mayor de las Antillas entre los países más violentos de Latinoamérica.

Yadira Serrano

Joven activista de derechos humanos y miembro del Frente Juvenil de la Unión Patriótica de Cuba (Unpacu). En su organización se desempeña como tuitera y facilitadora de talleres.

Correo: yadiraserran@gmail.com

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