Los 23 de agosto de cada año se celebra en Cuba el Día de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), única organización reconocida por el Estado que dice “defender” los intereses y derechos de la mujer. Esta organización se fundó en 1960, ocho meses después del triunfo de la revolución. Su creación fue planteada por Vilma Espín, dirigente política de la revolución cubana y presidenta fundadora de la FMC, como reclamo de una mayor participación de las mujeres en todo el proceso revolucionario que se estaba gestando en ese entonces. Esta organización fue creada con miembros de otras organizaciones ya existentes como: la Unidad Femenina Revolucionaria (que reunía a un gran número de mujeres campesinas), la Columna Agraria, las Brigadas Femeninas Revolucionarias, los Grupos de Mujeres Humanistas, la Hermandad de Madres, entre otros. Todos estos grupos feministas abogaban y defendían los derechos de la mujer, rompían con estigmas y prejuicios sociales machistas de la época.
Es importante mencionar que estas organizaciones feministas surgieron para expresar su inconformidad con el Gobierno de Fulgencio Batista Zaldívar, al que señalaban como “dictador”. Batista fue un militar cubano que llegó a ser presidente de Cuba de 1940 a 1944. Era considerado un dictador porque durante su mandato suspendió libertades políticas, entre ellas el derecho de huelga. También, estrechó la censura sobre los medios de comunicación y recrudeció la represión de los comunistas a través de violencia indiscriminada, torturas y ejecuciones que costó la vida de unas 20 000 personas.
En la actualidad, la FMC es la organización de masa encargada de las políticas y programas orientado a la igualdad de la mujer en todos los ámbitos de la sociedad. No obstante, esta organización no canaliza las demandas ni promueve los derechos y el desarrollo de las mismas. Es una estructura social del estado, que se subordina a los intereses del gobierno cubano, por lo que su rol y acciones van dirigidos a responder esos intereses y no del grupo de personas a las que representan. Por tanto, las necesidades de empleo, salario y vivienda, están estrechamente vinculados a los recursos que destine el Estado, y como las mujeres no somos un grupo de su interés, no se canalizan ni resuelven estas problemáticas.
Paralelamente, existen diversas organizaciones juveniles independientes, que no son reconocidas por el Gobierno, pero que abogan por los derechos y libertades de las mujeres, dentro de ellas se encuentran: la Plataforma Social Juventud Activa Cuba Unida (JACU) con el Frente Femenino, que capacita a las mujeres para empoderarlas; las Damas de Blanco, que agrupa a esposas y familiares de presos políticos realizando marchas pacíficas para exigir su liberación; la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU) que agrupa a mujeres valientes, quienes realizan manifestaciones pacíficas y denuncias que expresan su inconformidad debido a la ausencia de libertades. A pesar de no contar con el reconocimiento legal del Gobierno cubano, la labor que realizan estas organizaciones de la sociedad civil independiente es muy valioso, y cada vez son más las personas del resto de la sociedad que se benefician.
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