Tomás Núñez Magdariaga, de 66 años es activista de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU) desde el 2014 y reside en el municipio de Palma Soriano en Santiago de Cuba. En consecuencia, a su activismo pacífico ha sido detenido, multado y su vivienda allanada arbitrariamente por la Seguridad del Estad en varias ocasiones.
El día 24 de enero de 2017 fue encarcelado por negarse a pagar multas arbitrarias, y sancionado a 6 meses de privación de libertad. Cuando le faltaba una semana para cumplir su sanción le notificaron que debía cumplir en prisión 4 meses más por otra multa, que su organización califica de inventada, ya que ni siquiera consta en los registros de multa del municipio. La pena privativa adicional fue el resultado a su negativa de aceptar el programa de adoctrinamiento comunista del régimen carcelario. Núñez, en prisión, realizó varias huelgas de hambre exigiendo respeto a sus derechos.
El 21 de noviembre de 2017 fue puesto en libertad al concluir su sanción. Desde su salida realizó un fuerte activismo dentro de la organización y en apoyo a la campaña Cuba Decide. No obstante, el 14 de agosto de 2018, fue sancionado a un año de privación de su libertad luego de que un agente confeso de la Seguridad del Estado lo acusó del delito de amenaza y fuera enjuiciado por un tribunal parcializado en un proceso donde no se le permitió presentar testigos para demostrar su inocencia. Desde esa fecha Núñez está en huelga de hambre porque considera que fue víctima de una farsa judicial en su contra.
El 13 de septiembre, Aldo Rosales Montoya, colaborador de la Seguridad del Estado, confesó en un video grabado y publicado por la UNPACU que la acusación contra Núñez es falsa y que fue ordenada por la policía política. Este testimonio también quedó grabado y fue difundido por varios medios internacionales. Al día siguiente, Rosales contó la verdad al tribunal, pero no pudo retirar la acusación.
La solidaridad para el activista de la UNPACU no tardó en llegar. Diversas organizaciones han mostrado su preocupación, como la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA) y el Observatorio Cubano para los Derechos Humanos (OCDH),. También, se han pronunciado personalidades del exterior a favor del opositor.
El Secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA) Luis Almagro, expresó en su cuenta de Twitter: “El régimen cubano debe liberar de inmediato al activista Tomás Núñez, cuya vida corre peligro tras más de un mes en huelga de hambre y de estar detenido por acusaciones falsas”.
“Treinta y cuatro días en huelga de hambre, eso es difícil de imaginar. Ya consumió todos los carbohidratos y grasas que su cuerpo almacenaba. Ahora consume sus propios músculos. Su nombre es Tomás, no ha cometido delito alguno, pero está preso, por eso su huelga de hambre”. Así denunció, en su cuenta de Twitter, la líder opositora Rosa María Payá.
Medios de televisión y prensa también han denunciado el caso. Cientos de personas de dentro y fuera de la isla diariamente comparten en redes sociales la situación de Tomás, tanto así que el pasado 13 de septiembre, la Unión Patriótica de Cuba convocó a un Twitazo en apoyo a su hermano de lucha, con la etiqueta #FreeTomas y dirigido a Amnistía Internacional. La iniciativa logró un éxito, que sus líderes califican de rotundo. Según datos publicados en la cuenta de Facebook de la activista Liu Santisteban, participaron en la iniciativa al menos 717 twitteros de diferentes países, se enviaron 3258 tweets a @AmnistiaOnline y tuvo un alcance de 5 millones y medio de personas. Desde Nueva York, en el Oslo Freedom Fórum, activistas y defensores de Derechos Humanos de varios países se solidarizaron con Tomás.
El 17 de septiembre un oficial de la prisión provincial de Santiago de Cuba, donde lo tienen recluido, les comunicó a sus familiares, que el activista había sido trasladado a una celda de castigo y que permanecería aislado con el máximo rigor hasta que depusiera la huelga de hambre.
Tomás Núñez Magdariaga cumple 37 días en huelga de hambre y podría morir en cualquier momento por su delicado estado de salud. La UNPACU lamenta que autoridades, instituciones y la opinión pública internacional no sean capaces de identificar que el Gobierno cubano fabrica delitos a los disidentes pacíficos para impedir que sean reconocidos como prisioneros de conciencia.
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