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La solidaridad más allá de la injusticia

El pasado 3 de agosto de 2018, en el poblado Palmarito de Cauto en Santiago de Cuba, un incidente dio inicio a un proceso muy tenso entre el Gobierno y buena parte de su oposición pacífica del interior de la isla y la diáspora. El incidente fue la detención de José Daniel Ferrer García, coordinador general de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), organización más visible dentro de Cuba.

El hecho se generó después de que Ferrer García visitara a su pequeña hija que se encontraba enferma. Luego de la visita, aprovechó el poco tránsito de la zona rural para realizar prácticas de conducción. Durante la práctica, Dainier Suárez Pagán, oficial de la Seguridad del Estado se interpuso delante del auto. Ferrer frenó el auto y realizó otras maniobras para evitar impactar al oficial, pero las malas condiciones de la vía y la corta distancia que había entre el auto y el peatón no lograron evitar que resultara levemente impactado.

Luego del golpe, el agente se repuso inmediatamente por sus propios medios y se alejó del lugar conduciendo su motocicleta; no sin antes, lanzar varias amenazas de acusar y llevar a prisión a Ferrer. Horas después, en la ciudad de Santiago de Cuba, fue detenido José Daniel Ferrer junto a Eber Hidalgo Cruz, quien es chofer y activista de la organización. Además se encontraba junto a Ferrer al momento del incidente.

Ni los oficiales de la policía política, ni los de la policía nacional, informaron a sus familiares el lugar al que llevarían a ambos opositores. Y así se inició un periodo de incertidumbre caracterizado por la falta de información, la coacción y la manipulación de parte del Ministerio del Interior (MININT); pero también caracterizado por la solidaridad y la unidad de la sociedad civil independiente cubana.

Al día siguiente, varios familiares y activistas comenzaron a averiguar el paradero de los detenidos en las unidades policiales, y fue en la Unidad Provincial de Instrucción Penal donde les comunicaron que se encontraban en la Tercera Unidad Policial acusados de atentar contra un oficial del MININT y que permanecerían incomunicados. No obstante, el oficial acusador no sufrió lesión alguna, por lo que retomó sus actividades laborales de costumbre.

Tres días después del incidente, varios medios de comunicación difundieron el caso ante la comunidad internacional, que se impacientaba debido a que desde su detención nadie había visto a los activistas.

El 7 de agosto, se publicaron varios testimonios de testigos presenciales que aseguraban que Ferrer era inocente y que había sido el oficial que se interpuesto delante del vehículo. Además, la UNPACU publicó testimonios de víctimas que señalaban al oficial un amplio historial represivo contra los opositores pacíficos y sus familiares. Algunos casos eran verdaderas torturas como amarrar a un activista encima de un hormiguero o  dejarle a su suerte en un sitio aislado.

Las distintas pruebas que aparecieron en el transcurso de los días apuntaban a que todo se trataba de una farsa más de la policía política para tratar de llevar al líder opositor y a su chofer a prisión por un delito que constituía un hecho violento. Pero gracias al trabajo coordinado de los activistas de la UNPACU y los patriotas exiliados cubanos, dentro de los que destacan la Fundación Nacional Cubano Americana, los gestores de la iniciativa Cuba Decide y el Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH), día tras día el caso se fue despejando.

Tanto fue así, que el 8 de agosto el Gobierno de EE.UU. se pronunció sobre el tema exigiendo la inmediata liberación de los activistas. Dos días después, la prestigiosa organización Amnistía Internacional (AI) exhortó al Gobierno cubano aclarar la situación, y el Secretario General de la OEA, Luis Almagro, exigió la libertad para ambos y que se les respetase el derecho al debido proceso. En la misma dirección, al día siguiente el OCDH presentó una denuncia sobre el caso ante la Organización de Naciones Unidas (ONU).

En cuanto a las redes sociales, no podemos dejar de mencionar que los días 7 y 10 de agosto se realizaron dos twitazos con las etiquetas #FreeFerrer y #FreeEbert que llegaron a más de 33 millones de personas y en la red social Facebook miles de cubanos y extranjeros estuvieron haciendo circular diariamente el caso exigiendo libertad y justicia inmediata. Así también lo hicieron más de sesenta disidentes que rubricaron una declaración conjunta de apoyo a Ferrer.

Ante tal avalancha de solidaridad, el régimen, acorralado, dio sus últimos zarpazos relacionados a este caso y su manipulada fiscalía emitió el día 10 de agosto una medida cautelar de prisión preventiva acusando a los activistas ahora de asesinato en grado de tentativa con el objetivo de confundir a la opinión pública. Pero tal maniobra no cumplió su cometido.

Al octavo día de la detención y luego de muchas presiones para que incriminara a su compañero, fue liberado Ebert Hidalgo Cruz sin cargos. Cuatro días después, el Gobierno cubano puso en libertad a José Daniel Ferrer García, culminando así, por el momento, un proceso que demostró una vez más algo que para los luchadores prodemocráticos cubanos se hace cada día más evidente, y es que cuando la solidaridad se hace presente, la injusticia tiembla.

Amel Oliva Torres

Bloguero de Cuba te cuenta. Joven líder y fundador del Frente Juvenil de la Unión Patriótica de Cuba (Unpacu).

Ha representado a su organización en eventos internacionales. El 2016 sostuvo una huelga de hambre por 28 días en protesta al aumento de la represión contra la oposición pacífica.

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