Seguramente es usted de los que desespera ante el carnaval de personas que forman la fila cada vez que necesita atención médica. ¿Se imagina usted una Cuba donde pueda ir a ver a ese médico sin necesidad de perder toda la mañana para entrar a consulta, o que no necesite entregar meriendas y regalos para que lo atiendan mejor?. Eso todavía es posible, pero si usted y otros hubieran votado No al referendo constitucional pues tal vez fuese más fácil que todo esto se comenzara a hacer realidad más pronto que tarde.
¿Es usted de los que tiene que descontar dos horas extra a su día para ir y regresar de su trabajo porque no tiene medios de transporte para moverse largas distancias? Imagine que se levanta en las mañanas y puede trasladarse en un vehículo de transporte que pudo adquirir con su trabajo, luego de ahorrar al menos 6 meses de su salario, para comprarlo. Ese sueño en una Cuba futura hubiese sido posible a corto plazo si hubiese votado no.
¿Es usted de los que se desespera porque no han llegado huevos o un muslo de pollo a “la carnicería o tienda de productos básicos”? Imagine el día en el que usted con su salario aunque sea el mínimo, le alcanza para ir al supermercado y adquirir lo que necesite para la canasta básica del mes, quizás con el 10 o 12 % de su salario.
Imagine que las tiendas recaudadoras de divisas se convierten en espacios reales donde la actividad imperante es la compra y no la observación gustosa adornada con su imaginación. Visualice que puede elegir en qué tiendas comprar sin necesidad de hacer una fila por varias horas para adquirir desde un paquete de galletas de mala calidad hasta una simplísima colonia perfumada. Imagine que no tiene que pelear a capa y espada para obtener los zapatos nuevos que su pequeño hijo usará el próximo curso escolar. Solo imagine. Ahora piense que estuvo a tiempo de lograrlo si hubiese votado No al proyecto de constitución del pasado 24 de febrero.
Esta nación mal lograda la hicieron así algunos hombres que nos precedieron, por lo cual, es de estas generaciones nuevas de cubanos a los que entonces les correspondería rehacer este país en la medida de lo posible, siempre y cuando sean mayoría los que deseen cambiarlo. Se puede hacer a Cuba más justa y más cómoda para todos. Ese sueño, todavía es posible, exija usted un plebiscito si está arrepentido de haber puesto sí.
No deberíamos tener miedo a la Cuba nueva que soñamos, tampoco permitamos que sea la de hace 75 u 80 años atrás que impulsó a nuestros bisabuelos y abuelos a cambiarla, ya que aquella salía de una dictadura y entraba en otra. Una Cuba sin dictadores es posible y sin un socialismo ineficiente y centralizado. Queremos una Cuba nueva, donde lo que imaginamos por mucho tiempo sea real y no tengamos que preocuparnos por las penurias básicas del remiendo y de no poseer derechos y amparos legales por ninguna institución tomada por el totalitarismo. Usted es responsable de lo que pase en lo adelante. Aún está a tiempo de luchar por un cambio real.
Necesitamos una nación en donde exista la pluralidad política e ideológica, donde las mayorías y las minorías tengan igualdad de condiciones para hacer campañas con sus propios medios de comunicación. Necesitamos un país donde a los que realizan actividades pacificas en contra de lo que dicta la oficialidad gubernamental no se les robe, ni se les reprima, ni se les encierre por no estar de acuerdo con los males del Estado corrupto que dice representarlos.
Si usted y otros tantos hubiesen votado como creen y no como conviene y hubiesen tenido el valor de defender su voto, luego podíamos exigir con más fuerza y respaldo internacional una constituyente en el país, algo que si se logra nos conllevaría a poseer las herramientas para arrancar por siempre el lastre comunista que se ha apoderado de Cuba por más de 60 años. A los que votaron sí se les aconseja que pierdan el miedo y busquen más información en los medios alternativos para que piensen por sí mismos y no como lo programa el régimen a través de sus manipulados medios de difusión. La libertad de pensamiento te indicara el camino a seguir en los próximos años.
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