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Agua, esa gran ausente

Mil doscientos millones de personas, una quinta parte de los habitantes del mundo, carecen actualmente de agua potable. Esto constituye un verdadero drama, y a la vez un reto mundial, más aún si tenemos en cuenta que esta situación se agudizará con el incremento de la población. En el 2025 se estima que los seres humanos seremos 8 300 millones; y en el año 2050, de 10 a 12 mil millones. Cuba no es la excepción.

Cuando hablamos del agua se despliegan ante nosotros infinidad de caminos y enfoques. Hechos históricos, económicos, políticos, sociales, ambientales: guerras, dominaciones y exterminios de pueblos, inundaciones y sequías, millones de refugiados ambientales. Pero también poesía, literatura, cultura, tecnología y ciencia. Fijémonos, por ejemplo, la cantidad de poesías que puedes encontrar sobre el agua, etc.

Recordemos que nuestro hermoso planeta se ve desde el espacio de color azul. Tal vez debería llamarse Planeta Agua o Planeta Azul.

Con seguridad también ya leíste que la vida en la Tierra comenzó en el agua. Ese origen se reitera en nuestra gestación, y en el 80 % del cuerpo humano. Cualquier gota de agua del planeta forma parte del ciclo hidrológico, es decir, el sistema natural por el cual se recicla el agua debido a la evaporación provocada por el sol.

Es necesario recordar que las actividades cotidianas del ser humano modifican el ciclo hidrológico constantemente, causando graves consecuencias y contaminación.

El agua es vital para el consumo humano, los servicios sanitarios, la industria y otros múltiples usos. Para la agricultura es determinante. En la generalidad de los países el mayor consumo de agua no es de tipo urbano, sino agrícola. Sin embargo, mil millones de habitantes de las zonas rurales no tienen acceso al agua limpia cerca de sus hogares, al mismo tiempo que 5 millones de personas mueren al año en este mundo, por consumir aguas insalubres.

La salud humana depende del suministro de agua inocua y segura, y de servicios sanitarios adecuados. En la provincia de Sancti Spíritus (ubicado a 280 km de La Habana) encontramos el embalse más grande de la isla; sin embargo, aquí hay gente que padece sed.

En las ciudades, la situación no es mejor. Ante un crecimiento descontrolado, las poblaciones urbanas van agotando y degradando sus recursos hídricos. Con acierto, decimos que las ciudades están sedientas. Ese es el caso de nuestra provincia, donde no existe un abasto continuo de agua, y tenemos comunidades que se abastecen con camión cisternas, tiradas por tractores.

Los principales renglones económicos de Sancti Spíritus son: turismo, caña de azúcar, pesca, tabaco, ganadería y cultivos varios; sin embargo, la actividad agropecuaria se ha visto afectada en los últimos años por la acción de la sequía que daña a los cultivos y la ganadería, con mayor énfasis en la estación seca del año.

La sequía es el proceso que se produce naturalmente cuando las lluvias han sido considerablemente inferiores a los niveles normales registrados históricamente, causando un agudo desequilibrio hídrico que perjudica los sistemas de producción de recursos y tierras.

La provincia de Sancti Spíritus se ve afectada regularmente año tras año por dos tipos de sequía, una de tipo estacional y otra intraestival como ocurre en casi todo el territorio nacional de Cuba. Existen áreas de la provincia que son propensas a sequías más profundas, pero sus índices de humedecimiento no alcanzan valores para calificarlas como semiáridas, áridas y mucho menos con tendencia a la desertificación. Lo que viene ocurriendo en estos últimos años son sequías más severas como consecuencia de su persistencia.

En Cuba la sequía que posee mayor importancia es la estacional, que se presenta durante el período seco entre los meses de noviembre a abril, y en los últimos años se ha observado la tendencia de un corrimiento de este período hacia gran parte del mes de mayo como ocurrió en esta temporada en la provincia espirituana.

Sancti Spíritus padece sed, pero ¿A quién le importa esto?

Abel Hernández

Licenciado en Biología por la Universidad de La Habana con máster en Ciencias de Ecología y Sistemática Aplicada por el Instituto de Ecología y Sistemática de Cuba. Ha trabajado como director del Museo de Historia Natural de Sancti Spíritus, Jefe del Área de Investigación Cultural Dirección Provincial de Cultura de Sancti Spíritus, profesor universitario con la categoría de Auxiliar. Obtuvo Premio en Divulgación Científica en los Concursos Nacionales Pinos Nuevos 1999, La Edad de Oro 2001, La Rosa Blanca 2002 y 2006, y La puerta de papel 2008; y Sendero de Luz 2009, 2010 y 2015, de la Biblioteca provincial Rubén Martínez Villena por haber sido el escritor más leído en 2008, 2009 y 2014.

Correo: pronaten2015cuba@gmail.com

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