Es triste, y a la vez complicado decirlo, pero nacer o vivir la realidad cotidiana de Cuba no es lo que se imaginan las personas que viven fuera de esta isla, a partir de lo que le dicen los gobernantes cubanos, o cualquier turoperador al servicio del Estado socio comunista. El hecho mismo de “aceptar” un régimen político de corte marxista-leninista, es el inicio de toda la infelicidad que vivimos millones de cubanos hoy en día. La razón es más que evidente, es imposible pensar que todos los seres humanos piensen y sientan lo mismo, que deseen las mismas cosas, que las metas y necesidades sean en un solo sentido, pues estaríamos negando el concepto filosófico de la ley de la igualdad y lucha de contrarios; así como las leyes de la subjetividad que explican la naturaleza diversa de los seres humanos por medio de sus comportamientos multidireccionales. Sin embargo, contrario a ello, el comunismo es una antítesis de lo que hemos explicado en relación a la naturaleza compleja y diversa de los seres humanos.
El foráneo que no conoce el contexto cubano, en su versión más popular, al acceder a internet y colocar esas cuatro letras (CUBA) en el buscador de su ordenador, solo apreciará mayoritariamente sus lindas playas de Varadero, Guardalavaca, Jardines del Rey y la Reina, etc.; también apreciará sus prominentes hoteles Resorts, Meliá, que incitan a disfrutar del gran sueño que representan un paraíso terrenal y tropical. Además de poder ver resaltadas varias “figuras y personajes ilustres”, que como culto a la personalidad se hacen ver como “representantes de Cuba”.
Obviamente, cuando llegue a suelo patrio buscará esos lugares y se interesará por la propaganda mediática socio comunista, que es dueña absoluta de todo el turismo nacional cubano; o sea, se interesará por la Cuba favorecida, de élite o de “burbuja” que los comunistas venden en sus diversas Ferias Internacionales de Turismo (FIT Cuba). No le será fácil percatarse de la Cuba olvidada, maltratada y con problemas económicos, de la pobreza y la escasez de alimentos, de la cual casi no se habla en ninguna página o artículo de internet; a no ser que se ofrezca por los diversos espacios o medios del sector independiente (de oposición al Gobierno), con creciente impacto en las redes sociales.
Si quisiera saber de esa realidad oculta, solo exhortamos a observar de manera crítica las fachadas de las casas de los cubanos del interior del país (fuera de La Habana turística, Varadero, y las zonas urbanas favorecidas de otras ciudades occidentales, centrales, y orientales). Pregunte qué es «una cola», y sobre todo por qué se está realizando. Converse con el cubano de a pie (será fácil encontrarlo en un parque, una parada del bus, en la propia calle), y pregúntele a él las dudas que tenga respecto a nuestro sistema social y político; no se quede solamente con la opinión que le brinda su guía turístico, el jefe o gerente de su hotel, o lo que pueda encontrar en la web.
Con todo el respeto que se merece usted, no se deje engañar; no sea ingenuo aceptando de primera lo que le dicen los directivos y representantes gubernamentales. Cuba es más que sus playas, hoteles, o su cultura polarizadamente comunista.
La verdadera Cuba es la que vive a diario su pueblo digno y sacrificado; ese pueblo que hoy tiene que comer, y no sabe lo que comerá mañana. Ese pueblo que en 60 años de “Revolución comunista”, en más de un 70% me atrevería a asegurar, no ha visitado nunca los lugares (dentro de su propio país) que usted puede visitar con absoluta normalidad y derecho, con solo proponérselo o planificarlo.
Cuando usted, amigo lector, visita Cuba y puede rentarse un carro (auto), o sencillamente tomar un ómnibus a cualquier destino; millones de cubanos se sacrifican, muchas veces en condiciones antihumanas y degradantes para llegar a sus casas, centros de trabajo, etc., sencillamente porque el Gobierno cubano es incapaz de solucionar la situación del transporte público.
La intención no es hacerlo sentir mal o incómodo con este artículo, no es nuestro objetivo; pero sí el de orientarlo bien respecto a la Cuba olvidada y maltratada que no le hablan por ningún espacio. Ahora mismo, debido a todo ello, millones de cubanos aclaman a gritos un respeto por la dignidad y la existencia de un verdadero Estado de derecho.
En Cuba es prohibido criticar abiertamente al Gobierno comunista; es por ello que la prensa está raptada por el control estatal absoluto. No encontrará nunca una entrevista periodística, en ningún espacio (digital, televisivo, radial, o escrito) enjuiciando o cuestionando a los gobernantes. Es prohibido discrepar, y por eso venden al mundo la inexistencia de una oposición efectiva al Gobierno. Los cubanos no pueden elegir directamente a su presidente porque el país está controlado por un régimen unicameral (la Asamblea Nacional del Poder Popular), y unipartidista (el Partido Comunista de Cuba) que dominan y controlan los hilos del poder en la isla, así como reprime toda acción en contra de su posición de privilegio.
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