Cuba te Cuenta

La madre tierra

El porvenir de la nación cubana, y del pueblo de Cuba, se haya escrito en la faz de la tierra. Pues la gea es como un rostro humano. Su expresión puede ser amable o cruel, indicar juventud y fuerza o vejez y debilidad. Puede decir: ven a mí, yo te alimentaré y cuidaré, o vete, estoy agotada y nada tengo para ti.

Como la cara de la mujer, la tierra expresa lo que le ha pasado durante su vida. Si esta ha sido buena, tendrá una expresión benévola, como la del ser humano que ha vivido bien y ha conocido la felicidad. Si ha sido maltratada, tendrá la expresión de una señora cuya existencia ha sido desgraciada y que ha tratado de olvidar su desdicha mediante una vida desordenada.

Los grandes pintores, en el transcurso de los siglos, han sido capaces de captar la expresión del rostro humano y darle tal significado de modo que cualquiera que contemple una obra maestra puede entender su mensaje. Pero ha sido mucho más difícil leer la expresión de la cara de la tierra y retratarla.

Casi ningún artista de la plástica ha sido capaz de hacerlo. Para el hombre que como el campesino conoce la tierra en todas sus facetas, los paisajistas han podido ofrecerle muy poco. Rara vez sus cuadros expresan: esta ladera recibiría con amor la yuca, esta es la tierra que produciría buen maíz.

Ha sido necesario esperar la ayuda del hombre de ciencia para obtener un buen retrato de la tierra. Él ha aprendido muchas cosas acerca de los suelos que son útiles al hombre. Por ejemplo: como producir mucho más maíz sin extender el área de cultivo. El científico empieza a enseñarnos estas cosas. Comienza al mismo tiempo a instruirnos en cómo entender a la tierra que contemplamos, cómo leer su disposición y su probable porvenir en sus hoyuelos, en sus arrugas, en el color de su pelo, en la expresión de las lagunas que son sus ojos ¿Nos ayudará? ¿Nos alimentará? ¿Será agradable vivir con ella o nos arrojará de sí con el dolor del hambre no saciada?

Este es un asunto muy importante, no sólo para nuestra localidad, sino para toda Cuba. Todos necesitamos comer, y lo que nos alimenta solamente puede venir de la tierra. No hay otra posible fuente de nutrientes. Esta es la gran verdad que no quieren reconocer los personeros de la tiranía.

¿Es generosa la expresión del rostro de la tierra cubana? ¿Podemos esperar que responda a las necesidades crecientes de nuestra nación? Hay, sin lugar a dudas, grandes peligros que acechan a la Isla. Los que leen en la cara de la tierra de Cuba creen que el país no podría sobrevivir 200 años, a menos que los propietarios de la tierra y las autoridades de la dictadura cambien sus métodos de tratarla. Una cosa es cierta: si no cambia en Cuba la política del hombre hacia el terreno, escasearán cada vez más el maíz, los frijoles, las calabazas y la carne. Y cada día costará más dinero comprarlos. Cada año quedarán menos fondos para gastar en salud pública, escuelas y fiestas.

No se trata solamente del deber de los ciudadanos cubanos de entender estas cosas y hacer algo para remediarlas. Es de su responsabilidad y de las autoridades de facto, porque afectarán el bienestar de sus familias: de su madre, de su esposa, de sus hijos y de ellos mismos. Si el campesino es joven y descuida este problema del rostro de la tierra podrá esperar una vejez con hambre. Un hombre solo no puede librar esta batalla, pero tampoco otro lo hará por él. Los trabajadores agrícolas cubanos unidos vencerán. No cabe duda. Y él y sus hijos y nietos pueden esperar una vida de creciente riqueza y mejoramiento. Y la nación, un futuro más rico y fuerte, libres de la opresión de hoy.

Abel Hernández

Licenciado en Biología por la Universidad de La Habana con máster en Ciencias de Ecología y Sistemática Aplicada por el Instituto de Ecología y Sistemática de Cuba. Ha trabajado como director del Museo de Historia Natural de Sancti Spíritus, Jefe del Área de Investigación Cultural Dirección Provincial de Cultura de Sancti Spíritus, profesor universitario con la categoría de Auxiliar. Obtuvo Premio en Divulgación Científica en los Concursos Nacionales Pinos Nuevos 1999, La Edad de Oro 2001, La Rosa Blanca 2002 y 2006, y La puerta de papel 2008; y Sendero de Luz 2009, 2010 y 2015, de la Biblioteca provincial Rubén Martínez Villena por haber sido el escritor más leído en 2008, 2009 y 2014.

Correo: pronaten2015cuba@gmail.com

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