A lo largo de más de 60 años, el régimen comunista en Cuba, el pensamiento, las ideas y las ideologías han sufrido las más fuertes limitaciones, y a causa de ello, los hombres atacados, torturados, sancionados. El patriotismo manipulado por conceptos comunistas. El hombre revolucionario, valorado como traidor, al igual que todo aquel con convicciones diferentes al mandato de los Castros.
El régimen en todo este período ha realizado ataques a la libertad, desde la acción más simple hasta las más complejas, y vale destacar que, si hablamos de expresión, el arte, la religión, la prensa, han sido una de las direcciones más sufridas.
El arte vivió las primeras consecuencias de la represión de un régimen. Un artista plástico, músico, interprete, escritor, que manifestara o aun si manifiesta, un pensamiento en contra de ese proceso iniciado en 1959 fue y es separado de su centro de trabajo o estudio, no tiene acceso a un empleo, es discriminado, estigmatizado. Esto significa que, dentro de la Revolución, todo; contra la Revolución, nada.
Ideas y ganas de crear frenadas por temor a los golpes, a la expulsión, a la humillación social por parte del Estado y sus hombres manipulados por el interés del poder y no de la libertad.
Intérpretes fueron prohibidos en las estaciones de radio y televisión nacional. El Estado llegó a multar y a sancionar a quien desde su propia casa escuchara músicos que cantaban a favor de la libertad como fue uno de los casos: Celia Cruz.
El arte plástico y las obras de literatura llevó a las prisiones a jóvenes y adultos en medio de la lucha por la imposición comunista. Guionistas, locutores, periodistas, conductores de televisión expulsados de sus centros de trabajo por hacer un simple comentario que escuchó un jefe y no le gustó la interpretación.
En otro orden de situaciones en contra de la libertad están los religiosos, los católicos y los yorubas y espiritistas. El catolicismo fue atacado desde los primeros años de la Revolución castrense. Solicitudes denegadas para la construcción de nuevos templos e iglesias. Misas y cultos paralizados, pastores presos por ser ecos de la palabra de Dios. Al mismo tiempo los altares a la espera de un permiso de una unidad policial para poder desarrollar una fiesta con tambores, hacer una misa o alabar plegarias. No hay Gobiernos que puedan limitar los sueños ni las ideas. La fuerza de la fe y las ansias de amar la libertad.
Nada de libertades permitidas en la isla, que paso de ser un sueño para muchos, en una prisión de millones, donde la libertad es la imposición de un régimen, en el que sus jerarcas simulan amar su política para llenarse los bolsillos y acomodarse de forma personal gracias al sacrificio de su sociedad.
Comentario