El juicio contra la activista de la Unión Patriótica de Cuba (Unpacu) y miembro del grupo Consenso Ciudadano, Keilylli De La Mora Valle, se llevó a cabo este jueves a las nueve de la mañana, en el Tribunal Municipal de la provincia de Cienfuegos.
Aunque la acusación inicial era por los presuntos delitos de Desacato, Resistencia y Propagación de Epidemias; la opositora también fue juzgada por Desobediencia, sin haber sido previamente notificada.
Esa y otras inconsistencias legales estuvieron presentes en la vista oral que duró alrededor de dos horas, y al final, De La Mora Valle resultó sancionada a un año y seis meses de privación de libertad.
“Desde un inicio yo sabía que me iban a condenar. Cuando llegué al Tribunal había un cordón de Boinas Negras a las afueras y no dejaron trabajar a una tienda que queda cerca por motivo del juicio. Enseguida me percaté que todo estaba amañando”, denunció Keilylli
Solamente dos familiares pudieron estar presentes en la audiencia, y la activista no tuvo acceso a la defensa, con lo que se quebrantó el principio de inviolabilidad de este derecho.
Otros opositores que intentaron participar en la sesión, fueron detenidos antes de llegar al Tribunal. Tales son los casos del líder del Movimiento Consenso Ciudadano, Raúl González Gonzáles, y del activista Michael Medina, que fueron arrestados a dos cuadras del lugar, y después trasladados a un sector a las afueras de la ciudad, donde los mantuvieron hasta las tres de la tarde.
De esta manera, De La Mora Valle quedó prácticamente sola e indefensa ante las declaraciones en su contra, que estuvieron de parte de la Jefa del Centro de Clasificación, Capitana Amarilis; del Teniente Coronel de la Unidad Provincial de Investigación Criminal y Operaciones, conocido como Julián; y del Mayor Jesús, Jefe de la Unidad Municipal.
Según la opositora, “estas personas no dijeron la verdad de lo que había ocurrido, y aunque ella trató de rebatir los testimonios, la fiscal se comportó de manera muy agresiva y apenas le permitió defenderse”.
“Los oficiales dijeron que yo había dicho palabras obscenas, al momento de la detención y en la unidad, pero eso nunca sucedió. Yo repetí que me quité la ropa y grité consignas contra el sistema, en señal de protesta por lo que me estaban haciendo”, aseveró.
Keilylli fue detenida el pasado 12 de abril por no llevar puesto el nasobuco en la vía pública. Luego fue trasladada a la Unidad Municipal donde permaneció por más de 24 horas en los calabozos, y fue brutalmente golpeada por el Mayor Jesús. Estos eventos resultaron en los delitos que se le imputaron.
Ante su clara inconformidad con la sanción, la activista decidió interponer un recurso de apelación y podrá -por decisión- del Tribunal, esperar la decisión en régimen de reclusión domiciliaria, debido a que no transgredió esta medida, desde el momento en que se la impusieron hasta la fecha. Desde ayer tiene tres días hábiles para apelar.
“Yo sé que puede ser por gusto la apelación, pero como quiera lo voy a hacer. No se la pondré fácil a la dictadura”, sentenció la también miembro del grupo Consenso Ciudadano.
En caso de que se efectuara el encarcelamiento de Keilylli De La Mora Valle, pasaría a ser el número 38 en la lista de presos políticos de la Unpacu.
Así mismo, esta relación podría aumentar si fuera procesado el miembro de la dirección de la organización, Ovidio Martín Castellanos, quien se encuentra detenido desde el pasado miércoles, tras haber sido sacado de su vivienda por la policía política, bajo las amenazas de ser llevado ante los tribunales.
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