Anciana cubana de 87 años abandonada a su suerte

Foto: Catalina Robaina. Cortesía del autor

Catalina Robaina Cruz,  es una anciana cubana de 87 años, quien todavía espera la casa prometida desde que el huracán Alberto afectó gravemente su casa. El bohío de Catalina está ubicado en el kilómetro 5 y medio de la carretera a Briones Montoto, Consejo Popular perteneciente a Pinar del Río. Pero el gobierno ha hecho caso omiso a su situación a pesar de estar vivienda en un temporal a punto de caerle encima.

A lo largo y ancho del país abundan casos que demuestran las condiciones miserables e inhumanas en las que viven personas de la tercera edad. Situaciones que han empeorado luego del paso de los fenómenos meteorológicos, que en los últimos años, han azotado la Isla.

Sin embargo, las políticas públicas hacen, como de costumbre, mucha publicidad política en los medios de información a favor del régimen y cero solución de las problemáticas.

Con ayuda de su familia, esta anciana cubana construyó un pequeño local hasta que llegara la ayuda prometida. Cada vez que se dirige a las instituciones de gobierno encargadas de estos casos, como por ejemplo las oficinas del Poder Popular, siempre recibe la misma respuesta, la eterna promesa de que pronto le darán un techo digno. Pero lo cierto es que la mantienen tambaleándose entre el peloteo y la incertidumbre.

Catalina fue visitada en sendas ocasiones por trabajadores sociales que anotaban sus múltiples carencias en una libreta que al parecer nunca más se abre. Ella ha alertado reiteradamente que el paso de otros huracanes han empeorado sus “cuatro paredes”. Por este motivo teme que una de estas noches se desplome la choza y acabe con su vida.

La señora contó a Cuba te Cuenta que hace varios años, en un desesperado intento por ver solucionada su situación, escribió dos cartas dirigidas a Fidel Castro, las cuales entregó en el Comité Central del Partido, en La Habana. Tenía fe en que Castro acudiera en su ayuda, ordenando a los funcionarios de la provincia una solución inmediata para su caso. Pero, nunca recibió siquiera una respuesta o confirmación de que su carta había sido leída. Finalmente recibió la noticia de que Castro murió, así también murió la esperanza de Catalina de recibir socorro por parte del gobierno.

Hoy ya ni siquiera la visita ninguna autoridad. Ella tampoco tiene fuerzas para salir a reclamar a los dirigentes. Su casita amenaza cada día con caérsele encima. A esto se le suma la falta de fluido eléctrico y agua potable.

Mientras tanto, el régimen cubano solo se enfoca en invertir recursos para la construcción de instalaciones turísticas. Este, como tantos otros, son los lamentables ejemplos de la traición a viva vista del régimen comunista contra su propio pueblo y el fracaso de este sistema que ni siquiera es capaz de garantizar viviendas dignas a sus ciudadanos.