Foto: Cortesía de Yordanys Labrada Téllez
La situación ha encendido las alarmas por todo el territorio debido a la dispersión de los contagios, principalmente en el municipio cabecera, en Contramaestre y en Palma Soriano. En otras ciudades de la provincia también se encuentran personas aisladas como sospechosas.
Era evidente que muchas medidas tomadas al inicio de la pandemia (uso obligatorio de mascarillas y baños podálicos, por ejemplo), parecían cosas del pasado. Había vuelto la normalidad. El hecho es que ante la escasez de medicinas, alimentos y artículos de primera necesidad, vuelven las angustias por la posibilidad de que una nueva cuarentena obligue al confinamiento en viviendas y comunidades de residencia.
Debido a la tensa situación epidemiológica en el territorio, donde ya se han confirmado más de 54 casos autóctonos e importados y previéndose el incremento por la cantidad de contactos, las autoridades han retomado medidas que nunca debieron abandonar.
Con el aumento de los casos confirmados también se incrementan la represión y los abusos policiales hacia los ciudadanos. Los mercados estatales permanecen vacíos, mientras que los particulares son saqueados por las autoridades alegando ilegalidades y de esa manera proveer los hospitales e instituciones destinadas a los ingresos de casos sospechosos.
Las aglomeraciones constantes de personas, tanto en la ciudad santiaguera como en el resto del país, son una alta fuente de contagio. Santiago de Cuba era una de las provincias que se había mantenido con un discreto número de contagios.
Sin embargo, en estos momentos es preocupante la situación que presentan las prisiones, donde hay miles de presos en condiciones infrahumanas y de hacinamiento. También se han cerrado algunos centros de estudio; pero las madres se muestran alarmadas e inseguras al dejar asistir a sus hijos a las escuelas por el rápido y fácil contagio de esta enfermedad.
Las nuevas medidas adoptadas por el gobierno cubano no han podido frenar la propagación del coronavirus. Solo ha contribuido a que se produzca un rebrote, sin medir las consecuencias que pueda traer a la isla, donde hay una profunda crisis económica y un gran descontento en la población.
En un acto desesperado y repitiendo el discurso de la seguridad, el gobierno ha autorizado la apertura de los aeropuertos y han recomenzado los vuelos internacionales y la promoción al turismo, lo cual ha desatado fuertes críticas y disgustos en los cubanos. Las autoridades habaneras reconocieron que desde el pasado 13 de octubre se han reportado 122 casos positivos importados. Es un número considerable en tan solo 15 días de apertura. Una muestra de cuáles son las verdaderas prioridades del gobierno cubano.
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