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Tras la huella se muda al NTV

“Tras la huella”, serie policiaca de la televisión cubana que recrea casos de corrupción y otros delitos, se ha mudado para el espacio del NTV; pero sigue sin encontrar a los verdaderos culpables

Foto de Democuba

La presencia del nuevo coronavirus ha generado también un mar de nuevas situaciones para la sociedad cubana. Hemos escuchado por enésima vez la necesidad de un esfuerzo más. Y a raíz de todo un “profundo” proceso de limpieza y en contra de las ilegalidades, han salido a la palestra pública otras muchas transgresiones.

Se trata, sobre todo, de personas que acumularon capital por diversas vías y lo invirtieron en hacer compras masivas para luego revenderlas, todo bajo la misma óptica: si el Estado no garantiza la existencia de productos esenciales, ni siquiera ya en las tiendas que venden por divisa, mucho menos alcanzará el salario. Por lo tanto, habrá que invertir más, pagar más y revender más caro aún.

Pero ahí no radica el quid de la cuestión. Todo comenzó unos años atrás, exactamente en el 2012, cuando se abrió el trabajo por cuenta propia sin tener un mercado mayorista que respaldara las iniciativas privadas aprobadas por el llamado Modelo Económico Social Cubano que, según dicen, está en  “actualización”. Fue el terreno más propicio para los “acaparadores y revendedores”, esos que hoy exhibe la televisión cubana en sus noticieros como si fueran los protagonistas del programa “Tras la huella”.

Sin embargo, los casos mostrados —según mi criterio—, son la evidencia de un descontrol generalizado en los diferentes ministerios y organismos y apuntan hacia una jerarquía corrupta que es la principal beneficiada. Asimismo, demuestran la pérdida de los incentivos laborales y que ni los aumentos salariales ni las resoluciones aprobadas para el pago por resultados, han sido suficientes para desarrollar lo que se ha dado en llamar “sentido de pertenencia”.

Llama la atención que los renglones productivos que se han convertido en los principales protagonistas de los “operativos”, han sido precisamente los que pertenecen a programas priorizados y supervisados con mayor frecuencia por su demanda de primera línea. Tales son los casos de la producción de alimentos, especialmente el arroz, el pienso animal, los materiales de la construcción y, más recientemente, los 27 productos priorizados en las tiendas de venta por divisas.

En algo sí coinciden todos los casos presentados: no existe seguimiento en la cadena de implicados hasta su último eslabón que se pierde entre las nubes del poder. Tampoco se publican las medidas tomadas con los que delinquen ni se les ofrecen oportunidades para invertir su capital y convertirse en beneficiarios de las nuevas políticas de exportación, algo que contribuiría al alivio de la economía cubana y al bienestar de la población.

“Tras la huella”, serie policiaca de la televisión cubana que recrea casos de robo y otros delitos, se ha mudado para el espacio del Noticiero Nacional de Televisión; pero sigue sin encontrar a los verdaderos culpables.

Renata Santander

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