Foto: Cortesía del autor
La provincia de Guantánamo, la más oriental del país, sufre una crisis que puede catalogarse como la más grande de su historia en cuanto al desabastecimiento en los productos de primera necesidad.
En las últimas tres décadas, el gobierno de Cuba ha sufrido infinidades de fracasos en todos los sectores, fundamentalmente el sector de la alimentación y el abastecimiento de productos básicos. Sin embargo, en los medios oficialistas de prensa mienten de una forma cínica, argumentando que en la Isla se cumplen los planes de entrega.
Cuestiones como los altísimos precios, la ineficiencia por parte de las empresas estatales y la persecución al sector privado, son las más relevantes del problema en esta provincia, pero no las únicas. Las grandes colas en las tiendas y centros comerciales, son el espejo de una cruda realidad que ahoga a toda la sociedad guantanamera en particular y cubana en general.
Así lo comenta Bartolo Cantillo Romero, campesino nato y residente en la ciudad de Guantánamo, nacido en el municipio Manuel Támez, quien sufre gran enojo por la situación que atraviesan sus coterráneos: ¨El pueblo está muriendo de hambre y necesidad y el gobierno es el único culpable¨. Otra opinión similar es la de la joven Odelaisy Matos Rodríguez, quien resumió: ¨No hay productos de aseo¨.
Es una realidad desesperante para la inmensa mayoría que asiste a la desmesura de los precios como nunca antes. Una libra de arroz en más de 25 pesos, una libra de carne de cerdo en 50 pesos o más, el pomo de champú rondando los 300 pesos, la pasta dental en 150 pesos; y las viandas… ausentes de los puestos de venta. Esta es solo una pequeña panorámica a partir de lo más común. Guantánamo es la provincia menos desarrollada del país y la más olvidada por el gobierno. En esta tierra, a un cubano de a pie no le alcanza el salario para acceder a los productos vitales. La llamada canasta básica sigue siendo una burla, una falta de respeto a los cubanos.
Desde luego, esta es también la panorámica de la totalidad de Cuba. Pero no se ha significado suficientemente que son las provincias orientales las que sufren el mayor nivel de pobreza gracias a la desatención del gobierno. Se impone, entonces, la pregunta: ¿Qué hacer para que todo cambie? Para comenzar, se debería descentralizar el aparato del estado, potenciar al máximo la inversión extranjera, estimular la producción nacional en todos los sectores, crear mejores planes de contratación de producción en el sector agrícola y la producción de carne, y ofrecer libertades, en especial el sector privado, para la creación de la libre empresa con la finalidad de desarrollar el país y crear empleos.
Los cubanos debemos usar las redes sociales y los espacios públicos para crear una conciencia crítica que sea capaz de mover las grandes esferas laborales del país, hacia un camino acertado de cambio donde todos seamos los ganadores y podamos construir una Cuba nueva. Sin colas, sin hambre, sin necesidad. Una Cuba que sea verdaderamente con todos y para todos.
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