Foto: Grupo 27N (tomada de redes sociales)
Hablar de términos ideológicos, convicciones, movimientos sociales independientes y apreciar diversos puntos de vista sobre algunas conductas, es hoy una realidad dentro del contexto de la isla.
Por más de 60 años la sociedad reprimida ha buscado las vías para lograr un cambio político y administrativo en Cuba. Pero el cambio de una tendencia de más de seis décadas no es logro para improvisados, las estrategias y metodologías utilizadas por el castrismo dejaron muchas raíces envenenadas entre la sociedad cubana.
¿Cómo lograr un cambio en Cuba? es la pregunta y el pensamiento constante día tras día, entre cubanos y entre hermanos de causa de otras geografías.
La mirada deja el alcance para visualizar diferentes muestras de intentos. Muestra de ello son las manifestaciones a favor de la cultura, la expresión, el arte, las diversas convocatorias a la acción por una democracia, el incremento de plataformas, organizaciones, proyectos e iniciativas dentro de la sociedad civil independiente que nacen o se fundamentan como consecuencia de una política que no responde a los intereses de una mayoría.
La sociedad cubana entre sus grupos sociales se identifica hoy con los que viven la comodidad de subsistir tras un mercado negro y el término “veré que lucho”, “estoy donde hay”, sin incluirse en temas políticos pues su respuesta es económica y bienestar familiar.
Otro grupo neutral, ante tantas vivencias de represión como consecuencia de decisiones mal tomadas y tantas lágrimas, el grupo de opositores, y otros que no compatibilizan con la política actual.
La pregunta de orden vuelve a mi cabeza buscando estrategias y metodologías para escribir y mencionar como llegar de una forma efectiva y práctica a la sociedad cubana para que realmente sea parte de una propuesta de cambio.
Aunque la mayoría no sigue el sistema político por convicción, sí lo hacen por temor, por no perder las comodidades que les propician las posiciones, y por mantener la subsistencia de un mercado negro que beneficia a los que lo administran y hasta a la propia población, pues de otra forma no verían ni recursos, ni alimentos, gracias a la falta de planificación y organización del Estado, que ha propiciado que este fenómeno aumente sin control y ya ni límites.
Las violaciones de derechos humanos, la represión, la intimidación y los mecanismos utilizados por los órganos de la Seguridad del Estado hacen lamentablemente que propuestas, iniciativas, plataformas, organizaciones independientes, sean desactivabas, dejando a líderes y a un número de la ciudadana muchas veces con los pies y las manos atadas sin poder ejecutar una idea, una acción, una actividad pacífica a favor de la libertad.
La realidad es que, los métodos para lograr el cambio, deben llegar más a darle respuesta a las necesidades de la gente, para tocar la fibra humana y sumar a grandes o pequeños proyectos que generen el resultado que queremos: “una Cuba libre”.
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