Imagen tomada de Prensa Latina
El 2021 comenzó para los cubanos con un proceso de “ordenamiento económico” a través del cual, el gobierno eliminó el peso convertible (CUC), y la dualidad monetaria. Esta implementación ha generado mucho descontento social, al aumentarse los precios deliberadamente de los productos de primera necesidad. Pareciera que lejos de organizar la economía, reorganizara la miseria.
El cubano de a pie ya ha sentido los efectos de la escasez de dólares. Teniéndolos que adquirir de forma híper-evaluada en el mercado informal. En los últimos meses, el régimen ha ido abriendo tiendas dolarizadas, y son muchos pobladores que se quejan de que están mejor abastecidas que las que admiten pesos cubanos (moneda de la mayoría). A partir de entonces, los alimentos, el transporte, la ropa o la electricidad se han vuelto un lujo. Muchos cubanos se preguntan, qué productos faltaran mañana, o hasta dónde llegarán las colas y el desabastecimiento.
Recientemente el líder de la opositora organización Unión Patriótica de Cuba (UNPACU) José Daniel Ferrer García, quien presta asistencia social a personas desamparadas, comentó en vivo por redes sociales, lo difícil que se está haciendo mantener el servicio de alimentar a las personas ya que los precios se han disparado. No solamente para Ferrer es una traba mantener el comedor de la organización para los casos sociales, disímiles son las quejas del cubano de a pie, que lamenta la paupérrima situación que se vive actualmente en la isla.
Se ha vuelto un lujo alimentarse, debido a los exuberantes precios. Comenzando por los de la mal llamada “canasta básica”, que apenas dura los primeros cinco días del mes.
Rosa María Payá, coordinadora de la plataforma de iniciativa de participación ciudadana Cuba Decide, transmitió en vivo por redes sociales, el pasado 8 de enero en el programa Tú Decides: “El dinero de los cubanos cada vez vale menos en medio de la crisis humanitaria que enfrentan muchas familias”.
Por otro parte, los almuerzos de los ancianos que asistían a los comedores SAF (Sistema de Atención a las Familias) pasaron a costar, diariamente, de 2 pesos que costaban antes, a 26 pesos ahora (0.09 a 1.08 USD). Las personas más vulnerables de Cuba han dejado de asistir a los comedores, creados para mitigar el hambre, porque el régimen subió el precio por almuerzo y comida.
En medio de todo el “ordenamiento”, el gobierno realizó un aumento salarial, que lejos de satisfacer las necesidades de la población, las ha agudizado. Muchos cubanos han quedado desamparados, sin sustento económico para mantener su hogar, ya ni siquiera pueden contar con el pan nuestro de cada día, que aumentó el valor 20 veces respecto al precio original.
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