Imagen tomada de ADNCuba
El pasado sábado 23 de enero, un incidente que comenzó como una querella entre fuerzas policiales y ciudadanos, derivó en una trifulca que terminó con la detención de dos de los implicados. El hecho, que tuvo lugar en el consejo popular de Agüero-Mar Verde, en la provincia Santiago de Cuba, se originó luego de que cinco agentes intentaran detener, de manera violenta, a un adolescente de 17 años, por el supuesto mal uso de la mascarilla.
Alrededor de las 9:30 pm, un jeep de la guardia operativa de la policía, se detuvo frente al adolescente de 17 años Kevin López. Uno de los agentes bajó del auto y le requiere por el mal uso de la mascarilla. Luego le exige al joven -quien se encontraba frente a su domicilio en calle 8 de Agüero, entre C y D- que le muestre su carné de identidad para aplicarle una multa. Éste le explica que estaba en proceso de adquirir el de adulto, pero debido a la pandemia, la oficina encargada de los trámites no estaba funcionando.
Según cuenta una fuente que presenció los hechos, y que pidió no fuera revelada su identidad por temor a represalias, el oficial, nada satisfecho, le preguntó en un tono descompuesto que si no sabía quién era él. Fue allí que comenzó una pequeña discusión. Luego los primeros golpes y el forcejeo para intentar llevárselo a la fuerza. Por un instante Kevin logró escaparse, pero su vecino Marcos, que se había percatado de lo que estaba ocurriendo, salió a mediar y le pide que se calme. El joven accede, pero se resiste a ser detenido. Argumenta que estaba frente a su casa, y no deambulando por las calles.
Los guardias intentaron nuevamente llevárselo a la fuerza, pero esta vez comienzan a golpearlo con la tonfa. Marcos y su hijo Sergio interceden para impedir que sigan golpeando al joven. La respuesta de los agentes fue utilizar contra ellos también la violencia. Primero le rosearon gas pimienta en el rostro, y luego les golpearon. Se fueron aglutinando alrededor los vecinos y comenzaron los gritos de “acusadores” y “asesinos”.
Uno de los policías se dirigió al jeep para pedir refuerzos, pero Marcos dijo que él no ofrecería resistencia. Cuando el auto arrancó, aumentó el bullicio y se sintió un estruendo de piedras y botellas. Una de las piedras fue a dar al parabrisas trasero del jeep, y lo hizo saltar en pedazos. El incidente provocó que uno de los policías se bajara e hiciera un disparo al aire, pero de la turba enardecida solo atinó a decir que “sabemos que son salva”, por lo que continuó la lluvia de piedras, hasta que el jeep desapareció.
El domingo en la mañana, Kevin López y su madre se dirigieron al hospital infantil La Colonia, para solicitar un certificado de lesiones. Al comunicarle al pediatra, que el objetivo era interponer una acusación a los oficiales que habían golpeado al adolescente, el médico se negó a emitir el certificado, aludiendo que tenía que estar presente un oficial.
El lunes en la mañana Kevin fue citado a la unidad de micro 9, para declarar sobre los hechos. Al llegar a la estación fue conducido a los calabozos tras ser acusado por el delito de atentado. El mismo delito que se les imputa a Marcos Villalón y a su hijo Sergio Luis Villalón, quienes se encuentran detenidos en la misma unidad. Desde el día del incidente, ni Marcos ni Sergio han sido vistos por su familia, ya que permanecen incomunicados.
Comentario