Las falacias de los portavoces del régimen cubano

Imagen tomada de Astrolabio

Hace algunos días se transmitió el programa televisivo oficialista Palabra Precisa, dirigido por el periodista Lázaro Manuel Alonso, que arremetió fuertemente contra la prensa libre. Y es que no existe concordancia entre la postura de ese individuo y lo que demanda la ética de la profesión que representa. El programa fue dedicado a los medios de prensa independientes, dentro y fuera de Cuba, que se enfocan en los hechos relevantes de nuestro país.

Entre las diversas acusaciones que emitieron los varios panelistas contra la prensa independiente en la isla, se encuentra la expresión: “Propaganda contra Cuba”; dicho de boca por Rosa Miriam Elizalde, la Vicepresidenta Primera de la UPEC (Unión de Periodistas y Escritores de Cuba). Mi respuesta a la Sra. Elizalde, es que no es “propaganda”; es periodismo ciudadano e independiente, prensa libre y sin censura. Mucho más ético, sincero y veraz que los medios oficialistas a los que ellos sirven, por diversas prebendas y favoritismos. “No es contra Cuba”, es contra un régimen y su sistema inmoral, abusivo, manipulador y distorsionador, de los cuales ellos forman parte.

Por otro lado, tuvimos a Yasel Toledo, periodista y vicepresidente de la AHS (Asociación Hermanos Saiz). Quien enfatizó que los medios independientes se enfocan en “hacer entender que todo está mal dentro de Cuba, que todo es un caos, que la situación está en una fase sin salida”, entre otras cosas más; como si todo eso fuera falso. ¿Acaso Toledo no vive en Cuba, al alegar que nada de eso se vive en nuestro país; haciendo entender a los televidentes que son exageraciones de los medios independientes?

No existe desfachatez mayor y antiética más desmedida que la utilizada por los periodistas del gobierno. Ese fue otro de los tantos hechos contra la ética periodística, la verdad y el respeto a la población cubana. No hay ni una sola gota de sinceridad y reconocimiento de la realidad por estos individuos que más bien son portavoces del régimen, no periodistas éticos.

Es el cinismo y la desvergüenza en vivo, en persona; al dejar de ser seres humanos honestos, para convertirse y proyectarse como robots, quienes realmente manipulan a su antojo. Dejan de lado la oportunidad de pensar con mente propia y de hacer críticas con determinación propia, para hacerse ecos de una retórica dictatorial.

Es evidente que existe un dueño de sus mentes, pensamientos, opiniones. Incluso para justificar la despreciable acción agresiva y violenta del ministro de Cultura Alpidio Alonso Grau contra un simple joven, que intentaba grabar sus declaraciones frente al Mincult (Ministerio de Cultura de Cuba), hace poco más de un mes.

Se muestran como voceros del régimen. Se dejan dominar por ese “invisible dueño psicológico” que conscientemente se prestan para ello. Esa posesión, digamos demoníaca, que ha resultado sobre muchos cubanos por la propia falta de libertades de opinión y de expresión dentro de Cuba. Es la causante de ese terrible mal al que bien se le puede llamar “el invisible dueño de la mente cauterizada, del cuerpo y todo lo demás”. A lo que muchos seden sin detenerse, a hacer una autovaloración y una crítica juiciosa sobre la realidad, sobre qué es lo correcto.

Sobre un régimen que funciona como un acosador o juez omnipresente, al que se le debe tener miedo, o se le debe rendir honores como el dueño omnipotente. Todo a cambio de las prebendas y el favoritismo a los que se someten, tratando de agradar a sus amos. Algo que guarda cierta similitud al modo de vida de Corea del Norte en este sentido.

Para contrarrestar este sistema opresivo y no doblegar esta profesión a los intereses de la dictadura, existimos quienes con mucho valor y honor realizamos la prensa libre e independiente. Exigimos las libertades y los derechos que se nos arrancaron y se nos violan muy a menudo. Hacemos periodismo ético, sin tratar de agradar al régimen.

Publicamos los hechos que la prensa oficialista teme sacar a la luz. Trabajamos para favorecer la información verídica al pueblo, por liberar a nuestro país del yugo opresor y abusivo del régimen del Partido Comunista de Cuba. Por estas razones continuaremos trabajando sin rendirles a amos. Le damos el sentido original y ético al periodismo, llamando las cosas por su nombre, exponiéndolas como son.