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Luego de seis décadas de padecimiento económico, Cuba continúa en un callejón sin salida. El llamado reordenamiento económico, implementado por el régimen cubano a principios de este año, lejos de solucionar las problemáticas que afectan al pueblo, las ha empeorado.
Estas transformaciones han generado que la especulación y el abuso de precios crezca sobre los pocos productos existentes, incluso desde el propio Estado.
Los precios no se corresponde con la calidad que deberían tener los productos, al contrario has disminuido mucho más que antes. Esto puede comprobarse tanto en centros particulares como estatales.
La escasez se ha adueñado del panorama nacional y como por arte de magia han desaparecido la mayoría de los productos, principalmente los de primera necesidad. Solo se pueden encontrar algunos alimentos en pocos sitios a precios exorbitantes, sin calidad y de forma racionalizada.
Un ejemplo de este desastre, es la situación del pan nuestro de cada día en la comunidad Briones Montoto, Pinar del Río. Este barrio, está integrada por más de ocho mil personas, de las cuales una gran parte está compuesta por niños, ancianos y personas discapacitadas, quienes no pueden trabajar.
Muchos padres tenían en estos establecimientos estatales una fuente de fácil acceso a ellos. Ahora solo adquieren un pan para sus hijos pocas veces a la semana y no todos los días como salían hacer.
Un hecho que constituye fuente de quejas de los ciudadanos, pues se han visto directamente afectados cuando van a adquirir el pan en los distintos establecimientos estatales o particulares. Se puede notar a simple vista que no cumple los estándares de peso estipulado y además su tamaño es cada vez más reducido.
El pan para la población cubana, constituye uno de los principales productos alimenticios, porque no solo es utilizado para desayunar, sino también para las meriendas escolares de las niñas y los niños.
El mismo ha aumento hasta 19 veces su precio anterior. Esto ha traído consigo que muchos no puedan comprarlo, o se vean obligados a adquirir una menor cantidad que no satisface las necesidades de la familia.
En Cuba, la pandemia ha causado serias afectaciones en poblados rurales como el nuestro. Una gran parte de sus residentes necesitan trasladarse hasta la ciudad cabecera en busca de alimentos y ahora el acceso a la ciudad ha sido bloqueado como medida para frenar la propagación del coronavirus. Esta situación ha traído como consecuencia que las familias se han quedado sin acceso a los alimentos y a otros productos de primera necesidad.
La Tarea Ordenamiento ha afectado negativamente a la mayoría de la población, pero ha dejado en un mayor estado de inseguridad a los más vulnerables. Una situación que se ha complejizado por la aplicación de las medidas para frenar la Covid-19. Miles de familias cubanas están sufriendo hambre y miseria, y muchos ancianos se acuestan cada día sin comer. Una vez más ha quedado demostrado que las promesas del régimen son solo palabras.
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