En Pinar del Río, una comunidad compuesta por 15 familias ha decidido dar a conocer la miseria extrema en la que viven y denunciaron al régimen cubano por ignorarlos.
Estas personas no cuentan ni siquiera con servicio eléctrico, agua potable, telefonía pública, y se amparan en viviendas con elevado pronóstico de derrumbe.
Red eléctrica de 33000 V que pasa por encima de esas 15 viviendas. Las autoridades gubernamentales y la Empresa Eléctrica alegan no tener cómo disponer recursos para garantizarles el fluido eléctrico a esas 15 familias.
Postes, cercanos a este vecindario, que tienen en su cima dos y tres transformadores eléctricos respectivamente en desuso; pero el gobierno no los utiliza para instalarles la electricidad a esas quince familias.
Lámparas rústicas que tiene que utilizar esas familias casi todas las noches; hechas con frascos de cristal y un pedazo de tela.
Ejemplos de viviendas que permanecen en peligro de derrumbe, por el deterioro que presentan, peligrando así la vida de varios vecinos.
De esta manera los vecinos de la localidad tienen que trasladar el agua, desde largas distancias, en tanques de hierro oxidados, en carretas o carretones alados por bueyes, y en carros alados por caballos (mejor conocido este último en el argot cubano como “arañas”).
Pozo de agua subterránea que se encuentra cerca de esas viviendas y que el gobierno no quiere rehabilitar para beneficio de esas familias.
Sistema de cocinas de leña (madera), que están obligadas a usar las mujeres en esta zona, por falta de electricidad, de cocinas eléctricas y de gas licuado.
Algunas de las familias afectadas, entre los que se encuentran niños, jóvenes padres, y ancianos que “piden a gritos” los servicios de electricidad, agua potable, telefonía pública y viviendas dignas.
Carta redactada por las familias afectadas de la comunidad, presentada al gobierno municipal y provincial. Después de seis meses de espera, las autoridades gubernamentales se han negado a responder.
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