Imagen tomada de Cubanet
Debido a la situación epidemiológica, la accesibilidad al transporte público es nula en muchas provincias de Cuba. Las autoridades, lejos de liberar el uso de transportes particulares como bicicletas eléctricas, motores y motorinas, efectivas para la movilidad rápida y segura en en favor de necesidades inmediatas, hacen todo lo contrario.
Que mejor evidencia de esto que lo que acontece en el municipio Ciego de Ávila, en la provincia del mismo nombre en la zona central del país. En los medios oficialistas de la localidad (canal de televisión TVavileña y el periódico Invasor), se dio a conocer la cancelación del transporte el pasado 17 de enero. Es decir, desde entonces hace casi cinco meses no circulan ómnibus, camiones o trenes para uso de los avileños. Además, la circulación de vehículos de tiro animal y bicitaxis está prohibida.
Por si fuera poco, los ciudadanos que utilizan estos últimos son asediados y multados constantemente por los agentes del orden público. La excusa es que sin licencia (carnet autorizado para conducir) no pueden transitar. Sin dudas, el trámite para recibir estas licencias es importante y necesario, pero quedó suspendido hasta nuevo aviso. Entonces, quedan muy pocas opciones o ninguna. Para trasladarse, la población está abandonada a sus propios medios.
El desacuerdo general se ha visto reflejado en las redes sociales de internet, principalmente en Facebook. Los conductores y peatones que han sido testigos publican sus amargas experiencias al ser sancionados con multas de 30 CUP. Estas multas se repiten pues la necesidad los convierte en reincidentes, lo que da como resultado el decomiso de los vehículos después que se acumula un número determinado de sanciones. Lamentablemente, las protestas son ignoradas.
Estas sanciones solo deberían tener lugar en casos que lo requieran verdaderamente, como en la infracción de las leyes del tránsito, por ejemplo. La solución no es inhabilitar el uso de transportes particulares, sino facilitar oportunidades para que los conductores reciban la licencia correspondiente. Es una lucha de todos para hacer valer nuestro derecho a la movilidad. En tiempos de COVID-19, los cubanos necesitamos más soluciones y menos prohibiciones.
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