Las autoridades del régimen cubano, conocen de las graves consecuencias del cambio climático para la isla, sobre todo en el litoral costero del país. Sin embargo, en la práctica, las comunidades costeras continúan viviendo a su suerte.
El clima del planeta es el resultado de múltiples procesos que ocurren entre la atmósfera, la superficie terrestre, las aguas, los hielos, las nieves y la vida, algo muy complejo y variable en tiempo y lugar.
A diferencia del estado del tiempo, que puede variar de forma repentina en un día, el clima siempre está referido a la media del tiempo que existe en una localidad, región o determinada latitud del planeta durante una larga etapa, como mínimo de 30 años. El clima abarca todas las variables meteorológicas del tiempo en un lugar y durante un período representativo.
El efecto invernadero es un proceso climático natural necesario, que mantiene caliente la superficie terrestre y la atmósfera cercana que lo rodea. Hace posible la existencia de las actuales formas de vida.
La radiación del Sol penetra la atmósfera y calienta la Tierra. Cuando la superficie terrestre eleva su temperatura, entonces emite radiación, que es retenida por ciertos gases. Estos gases retornan parte de la radiación hacia la superficie del planeta, provocando allí una determinada temperatura promedio. Sin el efecto invernadero, la temperatura media del globo terráqueo sería unos treinta grados más baja en todo el mundo, y por tanto el clima sería mucho más frío.
A lo largo de los últimos tres siglos, la quema o combustión desmedida de los llamados combustibles fósiles, tales como el petróleo, el gas natural y el carbón, unido a la tala despiadada de los bosques, son las causas principales del marcado incremento de las concentraciones atmosféricas globales de los gases de efecto invernadero. Esto ha provocado que la temperatura promedio de la superficie terrestre, vaya subiendo. Este nuevo fenómeno es lo que se conoce como calentamiento global.
Desde 1991, la comunidad científica cubana viene aportando las principales evidencias del cambio climático en Cuba. Se ha comprobado que el clima de Cuba es hoy más cálido y extremo, pues la temperatura promedio anual aumentó 0.6 grados Celsius desde mediados del siglo pasado; asimismo, que la actividad ciclónica ha mostrado una gran variabilidad; y también, que el nivel del mar ha subido hasta 8.56 centímetros en los últimos 40 años.
Este aspecto de la subida gradual del nivel medio del mar, es la más grave amenaza del cambio climático en la zona costera de Cuba. Implica la disminución lenta de la superficie emergida en los lugares bajos, la pérdida de la franja de playas y la salinización de los acuíferos debido al avance, tierra a dentro, de la cuña salina de agua del mar.
Se sabe que, de no tomarse medidas de adaptación, se afectarían los asentamientos humanos costeros existentes. La cantidad de inmuebles y la infraestructura que se perderían en estos predios, sería colosal.
El incremento del nivel del mar y el oleaje por huracanes intensos son el principal peligro del cambio climático en la isla de Cuba, debido a las inundaciones costeras que provocan, la destrucción del patrimonio natural y construido cercano a la línea costera.
Son previsibles, por ejemplo, las posibles afectaciones a la población, las viviendas, las redes eléctricas y otras instalaciones distribuidas en medio millar de asentamientos humanos costeros, por las inundaciones temporales, parciales y totales que pudiera generar un huracán categoría 5.
Hoy estamos muy preocupados y ocupados por la pandemia de la Covid-19; pero el futuro de gran parte de nuestro territorio nacional y sus riquezas, están seriamente amenazados. Lo cierto es que, desde antes de la pandemia, no se ha apreciado un esfuerzo real del Estado por revertir esta situación. Esperemos que no sea tarde.
Etiquetas: Cuba, zonas costas, cambio climático, efecto invernadero
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